Políticas activas de empleo

Leo, no sin pasmo por mi parte, las siguientes dos declaraciones de Javier Ruiz, viceconsejero de empleo, dicen, en el Gobierno Vasco.

Una: “Ningún servicio de empleo crea empleo”.
Dos: “El INEM estaba, por su modelo de prestación de servicios y sus directrices, en la última década prácticamente en una vía muerta”.

Ambas declaraciones se han producido al hilo de lo que, sin lugar a dudas, entiendo una de las noticias (potencialmente) más positivas de Euskadi en el arranque del nuevo año 2011: que empieza, treinta y tantos años después de la aprobación del Estatuto de Gernika, a gestionarse desde Euskadi el servicio vasco de empleo, previa transferencia del INEM. Recordaré con orgullo, personal y de miembro del PNV, que es una de las competencias que hemos logrado gracias al acuerdo presupuestario con el gobierno de Zapatero.

Mi pasmo –por decirlo de alguna forma- respecto a la primera de las declaraciones del viceconsejero viene de comprobar, una vez más, la escasa creencia y confianza que este Gobierno, dirigido por Patxi Lopez, parece tener en la gestión propia y autónoma de las competencias administrativas que le corresponden. Eso, y no otra cosa, parece dar a entender, en efecto, la susodicha declaración. A nadie, ningún socialista, he escuchado, y menos a un miembro del Gobierno español, frase parecida mientras las políticas activas de empleo eran ejercidas por el Gobierno central. Recuerdo, incluso, que, tras el acuerdo presupuestario concluido el 2008, por el que las políticas activas de empleo, en caso de ser transferidas al Gobierno vasco, iban a serlo de acuerdo con el PNV, fuimos objeto de ataques, especialmente duros, por parte de la hoy todavía consejera de empleo, Gema Zabaleta, acusándosenos de que “dejábamos a Euskadi sin uno de los instrumentos más poderosos para combatir el desempleo”.

Ahora que se le hemos puesto en bandeja tal instrumento, muy mejorado por cierto respecto al que ellos estaban dispuestos a aceptar, resulta que el instrumento tampoco es para tanto, viene a decir el viceconsejero.

La segunda de las declaraciones encaja perfectamente con la primera, claro. Ahora resulta que estaba claro, al parecer también para los socialistas, que el INEM era un instrumento fracasado. Al menos, precisemos con el viceconsejero, en sus últimos diez años.

Llevo en el Congreso como seis años. He perdido la cuenta de las veces en las que el grupo parlamentario vasco ha planteado, durante estos años, la necesidad de la transferencia del INEM justamente por esa razón, su ineficiencia manifiesta en Euskadi, además claro está de por correspondernos por Estatuto de Autonomía. Ha sido, por lo demás, un planteamiento y una reivindicación inveterada de mi grupo.

Pues bien, en ninguna de las ocasiones, ni en estos seis años, ni en los diez en los que al parecer los socialistas vascos era conscientes de que el INEM estaba muerto en Euskadi, ni en los treinta y tantos que venimos desde el Grupo vasco del PNV reclamando las políticas activas de empleo para ser ejercidas desde el Gobierno vasco, ningún socialista (ni, por supuesto ningún miembro del PP) se ha sumado a la afirmación de que el INEM era un organismo ineficaz hasta esos extremos y ningún diputado/a se ha sumado a la exigencia de su transferencia en tanto su voto pudiera ser útil y eficaz para lograr tal transferencia para Euskadi (Aclaremos, por si acaso: es conocido el juego, practicado tanto por el PSOE como el PP, de apoyar reivindicaciones cuando estaban en la oposición, pero volver a negarlas cuando se está en el gobierno).

Así han sido las cosas, y así, nos tememos, seguirán siendo mientras se tenga la poca fe y confianza que demuestra el viceconsejero con sus declaraciones en el ejercicio propio responsable de las competencias.

Por fortuna, en todo caso, y para satisfacción de quienes pensamos de forma diferente, la competencia está aquí, está en manos del Gobierno Vasco. Y ahora toca ser eficaz, eficiente. Mucho más que el INEM. Ese es, les guste o no, les asuste o no, la responsabilidad de sus gestores. Y así debe el parado de turno, también, exigir. No queremos un LANBIDE=INEM. Lo hemos querido, y queremos, para que el número de parados sea el mínimo.

Todavía recuerdo, en mis tiempos de Diputación, cuando, desde el Departamento de Economía, decidimos lanzar la iniciativa de “cheques de formación” para, entre otros colectivos, los parados, con el fin de que tuvieran, si lo deseaban, un itinerario personalizado de vuelta al trabajo. No pudimos contar, como quisimos, con una colaboración real con el INEM, razón por la que, conjuntamente con el Gobierno Vasco, hubo que diseñar instrumentos al margen. ¡Qué distinta sería, ahora mismo, la situación del LANBIDE de turno si, ya entonces, los socialistas se hubieran sumado a la transferencia del INEM, en vez de despotricar de lo que se reclamaba y de lo que se hacía!

Leo, también, en la prensa que el próximo día 14 el Lehendakari Lopez va a juntar a sus altos cargos para pedirles un impulso a la gestión. No me extraña que lo haga si lee, como yo, declaraciones como las que acabo de referirme. Falta hace que alguien meta el “akuilu” en esta administración. A fondo incluso.

Otra cosa es que ése vaya a ser Patxi Lopez. Para eso es necesario mucho más que lanzar un discurso con eso de que empieza un nuevo año.

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