Ocurre de forma regular, estos últimos años, al calor y en el entorno de la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado con apoyo del PNV. Este año, nuevamente. Pero la verdad es que no consigo acostumbrarme.
Leía hace un par de días en un periódico de los llamados de “tirada nacional” (tal cual he podido leer/oír, año tras año, en diversos medios de comunicación) un amplio artículo que se pretendía de análisis –pero que, en el fondo, era principalmente de denuncia, más o menos explícita-implícita,- sobre las enmiendas nominativas introducidas por el PNV en los Presupuestos Generales del Estado a favor de centros e instituciones de Euskadi relacionadas con la I+D+i. Su tesis de fondo era la siguiente: el PNV, contra lo que sería costumbre en los Presupuestos Generales del Estado, ha introducido arbitraria y caprichosamente tales enmiendas. Las introduce, además, en un año especialmente delicado y grave para el sistema español de ciencia e innovación, pudiendo con ello perjudicar o complicar el mismo más o menos gravemente.
El artículo al que me refiero se publicó, ocupando página entera, en la sección de Sociedad de EL PAIS, del pasado martes. Aclaro, por cierto, que no es el peor de los que me ha sido dado leer en los últimos años con tesis similares. Transcribo títulos, subtítulos y demás del mismo.
• TITULO CENTRAL: “El Congreso reparte a entidades vascas la mejora del Presupuesto”.
• SUBTITULO: “Más de 67 millones de I+D van directamente a centros tecnológicos, pero también a proyectos de difícil control. El dinero de Ciencia e Innovación cae un 2,8%”
• OTRO TITULO: “Faltan fondos para el CERN”.
• LADILLOS: “Urkullu ha ofrecido una auténtica lluvia de euros a centros de todo tipo”. “La subvención para investigación se da en concursos y tras evaluaciones”.
No sé si al lector esta batería, sin más detalle, le es suficientemente ilustrativa del por qué este artículo ha vuelto a resucitar en mí el eco de la tesis a que he hecho referencia anteriormente. Por si al lector le pareciera que resumo el contenido del mismo de forma excesivamente burda, voy a intentar, en todo caso, darle algunas pistas de por qué sigo sin querer acostumbrarme a tales supuestas informaciones y análisis, y cuales son mis razones para ello.
Punto 0: No tengo el propósito de entrar a discutir la pertinencia o no de esta o de aquella enmienda nominal. Ahí hay campo para la discusión. Lo reconozco. Puestos a discutir una a una las enmiendas nominales del presupuesto simplemente no llegaríamos a nada. No es eso, además, lo que me mueve a reaccionar. Como no lo son, tampoco, determinadas inexactitudes del artículo sobre supuestas partidas nominales del Presupuesto 2011, cuando son, de hecho, partidas acordadas para el presupuesto 2010 y diferidas a éste por solicitud del Ministerio y por acuerdo generoso de los titulares de las misma. Lo que me preocupa, y me hace reaccionar, va por otro lado. Y más allá, en algún sentido.
Punto 1: EL CSIC –Centro Superior de Investigaciones científicas- tiene, como es archisabido, una presencia mínima en Euskadi. Mínima. Recuerdo que en tiempos de Joseba Jaureguizar, a la sazón Director de Tecnología en el Gobierno Vasco, hubo un estudio de evaluación de lo que podríamos denominar el coste para Euskadi de la no-trasferencia (y de la no inversión en Euskadi a causa, entre otras razones, por esta no presencia del CSIC) referido a un tiempo en torno a los últimos quince años previos al citado estudio. Si la memoria no me falla, aquel coste rondaba los novecientos setenta y tantos millones. Ello quiere decir que en todos esos años, y en más, en los Presupuestos Generales del Estado no ha venido figurando cantidad significativa alguna con destino a Euskadi: ni directamente a través de alguna partida nominal hacia algún Centro tecnológico o similar, ni indirectamente a través del CSIC u organismo público análogo.
Punto 2: Han sido justamente acuerdos presupuestarios con partidas nominales “exigidas” por el PNV los que han hecho que hoy el CSIC sea algo más en Euskadi: que pregunten si no tanto a la Unidad de Biofísica como al Centro de Materiales de la UPV, los dos únicos centros del CSIC, al día de hoy, entre nosotros. El PNV no se ha dedicado, pues, a traer fondos para Centros tecnológicos “suyos”, sino para el conjunto del sistema. Como para el conjunto del sistema trajimos, con negociación presupuestaria por medio, el ESS –Centro de neutrones por exhalación- o la propia transferencia en investigación y desarrollo , tan negada y tan criticada por muchos, en el momento en el que la negociamos y hoy todavía. Entre estos muchos, como se recordará políticos/as ilustres, y también gentes del sistema de ciencia y tecnología de un Estado que, si no es por el PNV y por los gobiernos autonómicos dirigidos por el mismo desde la aprobación y puesta en marcha del Estatuto de Gernika, parecía tener diseñado para Euskadi un horizonte desértico en materia de ciencia y tecnología.
Punto 3: El CSIC tiene, en su totalidad, 138 centros en el conjunto del Estado. Y todos y cada uno de ellos recibe, año tras año, desde los presupuestos generales del Estado, sustanciosos apoyos económicos para financiar su personal, sus instalaciones y no sé cuantas cosas más. Sólo un dato: En la página 15 del Libro Rojo de los Presupuestos del Ministerio de Ciencia y Educación, el lector curioso podrá encontrar un resumen del programa 463A, denominado INVESTIGACION CIENTÍFICA, que dice lo siguiente: TOTAL PARA EL CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS (para el año 2011): 682.595,30 miles de Euros. Pues bien, de esto, nada, o casi, para Euskadi. Ni este año, ni nunca en todos los años pasados.
Punto 4: Cuando hablo, y en los términos en los que lo hago, del CSIC, podría hablar, no menos, de otros Institutos públicos estatales (Geológico y Marino; Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas, Instituto Español de Oceanografía, Instituto de Astrofísica de Canarias, Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria, o Instituto de Salud Carlos III, a quienes, una vez más en los Presupuestos Generales para el año 2011 se hacen sustanciosas transferencias, tanto para gastos corrientes -229.126,24 miles de Euros- como para Inversiones -126.880 miles de Euros). Ninguno de ellos está instalado en Euskadi, como es sabido.
Punto 5: En los Presupuestos Generales del Estado, de siempre, han figurado partidas nominales, a favor de esta Institución, Centro o Entidad (aquí me refiero directa y únicamente al ámbito de la ciencia y de la tecnología). Este es todo menos un invento del PNV. En los muchísimos años en los que a este partido se le ha negado el pan y la sal, y también en estos últimos en los que hemos llegado a participar de las migas que caen de la mesa, siempre ha habido una lista, impulsada por otros partidos y fuerzas, a favor de Centros e Instituciones de otras partes del Estado, con Madrid a la cabeza, que han ido recibiendo fondos, sustanciosos incluso. Sólo un par de datos, también, al respecto: Las partidas nominativas que el PNV ha conseguido “traer para casa” para el año 2011 en el marco del Programa 463B, denominado FOMENTO Y COORDINACION DE LA INVESTIGACION CIENTÍFICA Y TECNICA, rondan los 68 millones de euros. Pues bien, ese programa alcanza un total de 2.139 millones setecientos sesenta y ocho con sesenta y un euros. Digo más y con más precisión: En ese programa, las transferencias corrientes (entiéndase los dineros que el Ministerio transfiere a otros para los gastos corrientes alcanzan los 113.623, 69 miles de Euros). Y los dineros que el Ministerio transfiere para inversiones alcanzan los 751.138,39 miles de euros. Y concluyo: en las enmiendas nominativas del PNV no había una sola que fuera para el gasto corriente (siempre hemos sido contrarios a que los Centros tecnológicos y demás del País Vasco dependan de los presupuestos de la Administración central para su funcionamiento habitual y/o corriente. De los 113 millones de Euros, ni peseta, por lo mismo. Nuestras enmiendas solo se dirigen a inversiones. Están comprendidas, por ello, en los 751 millones de euros a los que me he referido. 68 de ese total. ¿Hace falta que transcriba aquí el resto del siempre inmenso listado de partidas nominales que vienen figurando, algunas de tiempo inmemorial, en los Presupuestos Generales? No lo voy a hacer porque sería indigerible. Pero, en todo caso, quien tenga dudas al respecto, no tiene más que repasar los tomos rojos referidos al MICINN (anteriormente a Educación) y…, si todavía no había caído del guindo, se sorprenderá. (Por cierto, que no se olvide de revisar, además del citado programa 463B otros que existen también en el MICINN como el 465A, 467A, 467C, 467D, 467E, 467F, 467H, porque los 6.665 millones setecientos treinta y dos mil doscientos cincuenta euros, que alcanza el Presupuestos de este Ministerio da para mucho. Para muchas partidas nominales, preciso. No sólo ni principalmente para las del PNV). Otra cosa es que alguien pretenda que los Presupuestos Generales del Estado son, por lo que a partidas nominativas se refiere, un coto cerrado para él y para los suyos.
Punto 6: Los problemas del Sistema de Ciencia y Tecnología del Estado son reales, muy reales. No seré yo quien los niegue. Reales, variados y muy serios. Y personalmente no tendría empacho alguno en reconocer que esos problemas (en lo que afectan tanto al sistema estatal de ciencia y tecnología, como al sistema vasco) no se solucionan con las enmiendas nominativas que, como grupo vasco, hemos luchado por introducir en los acuerdos presupuestarios con el Gobierno central. No se solucionan. Pero que nadie pretenda tampoco afirmar, sugerir siquiera, que se deben, ni en lo más mínimo, a ellas. Tienen otras raíces, otro alcance, y, en su caso, otras soluciones.
Y punto 7: Como PNV hemos manifestado siempre nuestra voluntad de entrar a colaborar en la resolución de tales problemas. Conseguimos “convencer” al actual gobierno, en su día, de que esa colaboración requería, para ir sentando bases de colaboración, la transferencia a Euskadi de la competencia que, al respecto, está recogida en el Estatuto de Gernika. Se recordará qué reacciones suscitó, empezando por el propio Ministerio, y siguiendo, hoy todavía, por muchos lados. Hoy es el día en el que no hemos convencido al Ministerio de otras cosas: por ejemplo, de que es necesaria, para que el sistema de ciencia y tecnología del Estado funcione, una reforma “a fondo”, de todo él y, en concreto, del CSIC o, si se quiere, des esa parte pública del Sistema que ha estado y sigue estando acostumbrada, y se cree con derecho inveterado, a que a ella se le pague la investigación, haga o deje de hacer lo que haga o deje de hacer. Por otra parte, no sé si nos ha llegado a todos el momento de convencernos de que es necesario modificar a fondo las reglas de juego, públicas, parapúblicas y privadas, con las que venimos operando en los diversos sistemas de ciencia y tecnología y entre sistemas. A mi personalmente me ha llegado ese convencimiento. De eso, entre otras cosas, nos gustaría a nosotros que fuera esa Ley de Ciencia y Tecnología que hoy todavía merodea por los pasillos del Congreso y para cuya negociación hemos mostrado al Gobierno, y al grupo parlamentario que le apoya, nuestra plena disposición y vountad. Veremos qué ocurre. Pero puede todo el mundo tener por seguro: no será en el futuro, como tampoco ha sido en el pasado ni es en el presente, que el sistema español de ciencia y tecnología sea lo que es y ande como ande ni por los méritos exclusivos del PNV ni, mucho menos, por culpa del Grupo Parlamentario de este partido.
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